Lo desconocido dentro del arte y lo que se nos escapa

Analizamos cuando en muchas ocasiones lo que se requiere de nosotros es que sintamos. Soy partidario de un buen análisis, de diseccionar las cosas, de ver lo que ronda por el otro lado, de tratar de hacer sentido de lo que estoy viendo y de irme satisfecho porque descifre o, peor aún, porque creí haber descifrado al artista y su mensaje. Cuando en muchas ocasiones, solo me he alejado más de él y su propósito.

Queremos que todo nos haga sentido porque nos sentimos más cómodos con lo conocido, con lo seguro. Cuando se nos presenta el historial y los ingredientes tenemos todas las piezas en sitio para comenzar nuestra investigación: comparamos, criticamos, juzgamos y al fin y al cabo, no sentimos. Pero poco a poco y, gracias al tiempo (si es que existe tal cosa), el gran maestro que se encarga de enseñarnos una y otra vez, si tenemos la suerte de darnos cuenta, de aquello que nos perdimos por no estar presentes mientras mirábamos. Podemos leer y ver un filme sobre un hombre perdido en el desierto, pero nunca sabremos con exactitud lo que se siente estar allí. No les estoy haciendo una invitación a montarse en un avión cada vez que quieran experimentar lo sensible dentro de una obra, solo lo hago para ilustrar un punto: Imaginen como el sol debe convertir la arena en un espejo en el cual no te puedes mirar sin quemarte ante tu reflejo. Millas y millas de arena sin divisar nada a tu alrededor que se parezca a una salida. El aire seco que te roba el agua de tu cuerpo y un estado mental que se sumerge en la desesperación ante algo inminente. Esto no se puede transferir a través de una obra, pero te puedes imaginar lo difícil que deber ser encontrarse dentro de este cuadro. Podríamos preguntarnos ¿cuál es la lógica detrás de esto?, pero, qué tal si el artista solo quería que nos imagináramos la experiencia, solo para sentirla, solo para simpatizar con el sujeto en la situación. ¿Qué sentido esto nos debe hacer?

Por mucho tiempo pensé que la crítica podría hacer más accesible las cosas que los meros mortales no podemos entender sin la interpretación de un profesional. Y en muchos casos esto es cierto, aveces necesitamos a alguien que nos guíe para tener una mejor capacidad para digerir algo o simplemente para ver otros puntos de vista que se puedan sumar al de nosotros para tratar de llegar a lo que sea que estemos acercándonos a través de los sentidos. Pero nadie puede sentir por ti, esto te toca a solo a ti. No todo hace perfecto sentido y se encuentra en orden y cohesión, no todo puede ser semi-digerido y puesto en luz para fácil acceso. El arte se ha convertido en otro producto que el público llama a que sea definido y explicado a cosas que a menudo no se pueden poner en palabras. Se ha transfigurado en un proceso estandarizado para un cheque seguro. Tenemos miedo de encontrarnos con algo que no podemos explicar lógicamente y esto mismo lo que nos ha alejado del artista y su arte.

Solo escribo esta reflexión para invitarlos, para llamarlos a que primero sientan y luego analicen. Les prometo que esto les hará ver el arte o, mejor dicho, sentirlo para aproximarse más al mismo.

Anuncio publicitario

2 comentarios en “Lo desconocido dentro del arte y lo que se nos escapa”

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s