Las redes sociales: sobre su propósito, falsedad y sus efectos

Este es un tema del cual se ha hablado incesantemente y, AQUÍ, estoy yo dedicándole otras palabras a las redes y sus efectos en nosotros, los seres humanos.

Venga, no soy psicólogo, filosofo, doctor, ni nada que se relacione con cualquier tema sobre la salud física o emocional; solo soy un humilde y ávido lector que quiere compartir sus opiniones y lo que ha aprendido a través de la lectura y la experiencia.

Si mal no recuerdo, abrí mi primera cuenta en las redes sociales con la aplicación de Facebook, alrededor del 2006. Sinceramente no le prestaba mucha atención. Era solo una manera de comunicarme con amigos y familiares, ya sabes, estar al tanto de como están sin tener que llamarlos y, supuestamente, estar más «cerca» de todos, ya que eso es lo que las redes hacen: nos «conectan», nos hacen más «felices» y, para muchos, es considerado la panacea de nuestros tiempos. O ¿es todo lo contrario? Desde entonces, cientos de compañías se han aprovechado de la explosión digital y del hecho de que hemos rendido nuestra vida privada a las compañías gigantes, a los gobiernos o a cualquiera que esté dispuesto a pagar por nuestra información. Viejos son los tiempos en lo que los seres humanos decían con fervor: «mi privacidad y mi información no se la entrego a nadie», ¡Si claro! La hemos rendido totalmente y, déjame dejarlo claro: libre y voluntariamente. No a la fuerza como te lo mostraron los viejos libros y películas de ficción.

Sobre nuestra información

Te estarás preguntando: ¿cómo se utiliza mi información en las redes sociales? Bueno, si no has leído alguno de los miles de artículos y a todos los «whistleblowers» que nos han regalado los datos sobre las actividades ilícitas que se cometen con nuestros datos personales, déjame simplificarlo y reducirlo de la manera más fácil posible y con varios ejemplos. En nuestro perfil de Facebook dejamos saber todo: edad, religión, trabajo, estudios, árbol genealógico, postura política, actividades y hobbies que nos gustan, nuestra comida favorita, shows, libros, películas, etc. ¿Ven por donde voy? Se han encontrado casos donde se ha vendido nuestra información a compañías privadas que trabajan a su vez para campañas políticas. Con un algoritmo, estas compañías analizan nuestros perfiles y saben que decirnos específicamente, como preparar sus discursos y como adaptar sus posturas a grupos específicos. Al igual las tiendas en línea, nuestra huella digital y todo el contenido que vemos es puesto bajo una lupa (no literalmente) para que nos aparezcan anuncios de esas cosas que tanto queremos. Aunque esto se hace de manera legal (hasta donde tengo entendido) no deja de ser preocupante el hecho de que miles de empresas están compitiendo por una cosa: TU ATENCIÓN. Al tener todos estos datos para saber que es lo que te gusta, el algoritmo te sigue bombardeando con contenido que te mantendrá pegado a tu teléfono.

No es tan sencillo como parece

Lo difícil de esto es que esto es un sistema creado para ser adictivo. Cada vez que presionamos un botón o vemos algún contenido que nos gusta nuestro cerebro libera dopamina. Un químico que nos da bienestar y placer cada vez que comemos, vemos una película, logramos algo, tenemos sexo, compramos o simplemente, cuando usamos nuestro teléfono incesantemente. Somos los esclavos modernos, esclavos de algoritmos, esclavos de atención, de compañías y de nuestro cerebro.

Sobre el vacío y la falsedad

Esta es la parte que no me deja de impresionar y, por lo que veo, la que sigue empeorando. Con esta promesa de conexión, casi todo el mundo hace parte de alguna red social, casi todos se comunican a través de ella y, aunque no todo es malo, repito, NO TODO ES MALO, sus efectos se están dando a conocer. Han salido documentales sobre esto, papeles científicos y una plétora de información sobre el tema. Analizamos nuestros perfiles como si se tratara de nuestra cuenta de banco: que contenido gusta más, a que hora es mejor publicar y que estoy dispuesto a hacer para conseguir la atención de los demás. Esto nos ha llevado a algo bien parecido al mundo de Hollywood, presentamos y curamos nuestras redes para mostrar lo mejor de nosotros, nos vendemos como producto en el supermercado y nos prostituimos al mejor postor, muchos por dinero, y otros por la gratificación de la atención de los demás. Pero mucho de esto es una FARSA. Una para atacar tus inseguridades y quedarse con tu dinero. Hay un «BOOM» increíble de «GURÚS» de todo y miles de promesas: «hazte rico con mi programa», «rebaja 30 libras en un mes», «compra mi curso de coaching», y mi favorito, «trabaja desde la playa».

Lo triste es que páginas y contenido que vale la pena, están siendo ahogadas por estas antes mencionadas, la pornografía suave, la página de «ejercicios», la relación «perfecta», los fraudes y el bochinche, estas son la que están vendiendo. Llevando a discusiones no amistosas, bloqueos, indiferencia, insultos y, en muchos casos, como pasa en la red de TWITTER, sacando lo peor de nosotros.

Cuando esto empezó la gente compartía sin editar tanto, mostrándose como eran, genuinos. Ahora da pena ver como todo se quieren convertir en ese modelo y estándar de belleza y perfección inalcanzable: una foto más, un filtro más, otro ángulo, otra operación, otras vacaciones, otro «tarjetazo», en fin, un conjunto de algo que se parezca lo menos posible a un humano real.

No tengo ninguna duda de que muchas cosas se pueden lograr, pero estamos filtrando nuestras vidas, nuestros sueños y nuestras decisiones a través de las redes sociales. Nos estamos comparando con estrellas de cine y personas famosas. Estamos frustrados por que pensamos que no estamos viviendo nuestra vida al máximo comparada con las personas que seguimos en las redes. La vida no es excitante en cada momento, está llena de muchos retos, sufrimiento, decepciones y miles de otras cosas maravillosas.

Otro de sus efectos: el suicidio

Existe una creciente evidencia de que Internet y las redes sociales pueden influir en el comportamiento relacionado con el suicidio. El suicidio es un problema de salud pública considerable; más de 30000 muertes por suicidio en los Estados Unidos y casi 1 millón de muertes por suicidio en todo el mundo ocurren cada año. El papel que Internet, en particular las redes sociales, podría tener en el comportamiento relacionado con el suicidio es un tema de creciente interés y debate. El reciente aumento de casos de suicidio muy publicitados que involucran las redes sociales ha atraído la atención nacional sobre este tema. Los investigadores también están interesados en saber si Internet en general ayuda o dificulta principalmente la prevención del suicidio.

Pensamientos finales

Creo que un uso moderado de las redes sociales podría ser la mejor receta. Salir de nuestros celulares, hacer ejercicios, alimentarse bien, tomar el sol, reírse más a menudo, tratar con RESPETO a los demás, crear conexiones genuinas, escuchar a nuestros amigos y familiares. Tratar a las personas como un fin y no como un medio para el mismo. Dejar de compararnos con los demás y empezar a tener mejor juicio de donde empleamos nuestro tiempo y soltar aquello que nos frena como seres humanos.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s